El Tema 8

El tema 8 es como el primer amor: no se olvida nunca.

Los 16 cuartetos de cuerda de Conrado del Campo

La Fundación Juan March, lejos de tirar la toalla en lo que respecta a mantener pujante la actividad musical en estos desoladores tiempos que corren, sigue durante 2021 organizando ciclos de conciertos que nos devuelvan a la normalidad cultural a la que estábamos acostumbrados antes de marzo de 2020. En esta ocasión el Aula de Re(estrenos) de la entidad de la calle Castelló nos ofrece el «Proyecto Conrado», consistente en la interpretación a lo largo de esta temporada y las sucesivas de la integral de los cuartetos de cuerda del compositor madrileño Conrado del Campo (1878-1953), dieciséis piezas (trece numeradas -que serían catorce si no se hubiera perdido una- y tres sin numerar por sus dimensiones más reducidas) compuestas en una franja de cincuenta años, desde 1903 hasta 1952 y repartidas claramente en dos épocas bien distanciadas: los ocho primeros de juventud entre 1903 y 1913 y los otros ocho de madurez entre 1942 y 1952.En el concierto inaugural del ciclo se interpretaban dos piezas de la primera etapa cronológica: el Cuarteto nº1 en re menor Op.56, «Oriental» (1903), obra ya programada hace unas temporadas por la Fundación March y el Cuarteto nº4 en do mayor, «El Cristo de la Vega», obra para recitadora (Clara Sanchís) y cuarteto de cuerda (Cuarteto Bretón), que se tocaba por primera vez desde su estreno en 1907 (en el programa de mano original la pieza se anunciaba como “El Cristo de la Vega, comentario musical al poema de José Zorrilla -la leyenda rimada en octosílabos «A buen juez, mejor testigo», dividido en seis impresiones, para cuarteto de arco”, señalándose que “la audición musical va acompañada de la lectura del poema”), y que puede encajar en el género del melólogo o melodrama (al que el Departamento de Música de la Fundación March lleva dedicando piezas desde hace años: Liszt, Richard Strauss, Grieg, Sibelius…) por su combinación de prosa o poesía acompañada de música de cámara.Conrado del Campo fue fundador en 1903 del Cuarteto Francés junto a Julio Francés, Odón González y Luis Villa, y llevaron a cabo el estreno de obras para la formación de compositores como Ruperto Chapí, Tomás Bretón o el propio Conrado del Campo (de quien interpretaron por primera vez, entre otros, los cuartetos hoy programados), a la vez que hacían llegar a España obras de César Franck, Richard Strauss, Alexander Borodin o Claude Debussy. En las notas al programa, Tomás Garrido señala que Conrado del Campo «ha sido calificado como nacionalista posromántico. Sin embargo, en el caso de su obra de cámara podría ser también considerado un manierista. Un manierismo que tiene muchos puntos en común, aunque a priori parezca que no tiene nada que ver, con el desarrollado por el romanticismo posmodernista cultivado en las últimas décadas por algunos compositores que anteriormente fueron vanguardistas radicales…El estilo conradiano fue combatido en España, al principio porque se le tildó de revolucionario y después, sobre todo a partir de la década de 1920, fieramente combatido por conservador, formalista y caduco por algunos de sus alumnos más vanguardistas».Y es que Conrado del Campo ha tenido que sufrir condescendientes o peyorativos juicios de valor (“sinfonista de raza”, “prolífico cuartetista”, “esforzado obrero de la música”, “estajanovista”…) que le encasillaban de una manera simplista como un autor con oficio, un maestro demasiado teórico y escolástico, a la manera de un islote aislado entre los patriarcas del nacionalismo de principios de siglo (Granados, Albéniz y Falla) y las dos principales vertientes musicales españolas del siglo XX, representadas por la más considerada y asentada Generación de la República y por la más innovadora y vanguardista Generación del 51. Tampoco hay que perder de vista, para explicar el ostracismo que la historia de la música le ha deparado desgraciadamente a Conrado del Campo, la situación política y cultural de la España de guerra y posguerra, con los desoladores años que le tocaron vivir al autor madrileño, y que no eran el contexto ideal para la dedicación, creación, experimentación y difusión de obras musicales. Todo lo cual pudo ir influyendo en el paulatino e injusto arrinconamiento de su inmenso catálogo. Los cuartetos que se interpretaron en esta primera entrega de la integral demuestran que el compositor madrileño también se movía muy a gusto en este género. Especialmente interesante fue la pieza «El Cristo de la Vega» con momentos de gran intensidad durante sus seis movimientos gracias al apoyo de los excelentes textos de Zorrilla. La reposición de Fantochines en 2015 y de El pájaro de dos colores en 2020 confirmó el poso de Conrado del Campo como interesantísimo compositor de óperas. Esperemos que lo mismo ocurra con el catálogo del madrileño para cuarteto de cuerdas un corpus de obras que rivaliza con otros extensos catálogos para la formación camerística de compositores del siglo XX de la relevancia de Dmitri Shostakovich (15), Heitor Villa-Lobos (17), Mieczyslaw Weinberg (17) o Darius Milhaud (18), que por su calidad se han convertido en piezas interpretadas frecuentemente por las mejores agrupaciones cuartetísticas del mundo. Pues lo mismo se debería procurar con las 16 piezas de Conrado del Campo, cuya tarea de justa y necesaria recuperación vuelve a poner en marcha, con su impagable labor de exhumación de joyas del patrimonio musical español, la Fundación March.

Rafael Valentín-Pastrana

@rvpastrana

Bibliografía:

– Tomás Garrido: Soñemos, Conrado, soñemos. Fundación Juan March / Teatro de La Zarzuela. Madrid, 2021.

– Rafael Valentín-Pastrana: “El pájaro de dos colores” de Conrado del Campo: otra ópera española del siglo XX felizmente recuperada del inexplicable olvido. http://www.eltema8.com, 2020.

– Rafael Valentín-Pastrana: ¡Pico y pala con Tomás Bretón!. www.eltema8.com, 2018.

– Rafael Valentín-Pastrana: La recuperación de una ópera española olvidada: “Fantochines” de Conrado del Campo. www.eltema8.com, 2015.

– Miguel Alonso: Catálogo de obras de Conrado del Campo. © Fundación Juan March. Madrid, 1986.

Nota 1: Este post, dedicado a Conrado del Campo, constituye el número 46 de la serie dedicada a Los titanes de la composición del siglo XX.

Nota 2: Las imágenes incluidas en este post de las representaciones de los cuartetos de cuerda de Conrado del Campo son © Fundación Juan March / Dolores Iglesias. Madrid, 2021.

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