La Fundación BBVA organiza, desde hace años, un estupendo y exitoso ciclo de conciertos en torno a la música de los siglos XX y XXI. Al mando de la ambiciosa y modélica programación se encuentra el compositor y director argentino Fabián Panisello (Buenos Aires, 1963) al frente de la agrupación Plural Ensemble, de la que es fundador. El concierto celebrado en la sala de cámara del Auditorio Nacional de Música de Madrid el día 21 de marzo de 2019 versaba sobre la música electrónica y electroacústica de los últimos setenta años, con ejemplos de obras señeras de Edgar Varèse (1883-1965) y Karlheinz Stockhausen (1928-2007), como Poème électronique y Klavierstück XVI respectivamente, así como de dos importantísimos autores señeros en esta corriente musical: los argentinos Francisco Kröpfl (Timisoara, 1931) y Julio Viera (Buenos Aires, 1943).
De arriba abajo: Allain Gaussin, Tristan Murail y Michaël Levinas
Pero la revelación absoluta del concierto vino a cargo de las obras que se pudieron escuchar de tres consagrados y magníficos compositores franceses, todos ellos nacidos en la década de los cuarenta, separados sus nacimientos sólo por seis años y discípulos los tres del gran maestro de Avignon, Olivier Messiaen (1908-1992): Allain Gaussin, Tristan Murail y Michaël Levinas.
Allain Gaussin (Saint-Sever-Calvados, 1943), el más veterano de los tres músicos, estudió composición con Olivier Messiaen en el periodo comprendido entre 1966-76, electroacústica con el Groupe de Recherches Musicales (GRM) de Pierre Schaeffer (1910-1995) durante 1974-75 y música electrónica en 1984 en el parisino Institut de Recherche et Coordination Acoustique/Musique (IRCAM), el prestigioso instituto fundado por Pierre Boulez (1925-2016) en 1970 por encargo de Georges Pompidou. Asímismo ha residido y cursado estudios en Roma, Berlín y Kyoto. Actualmente imparte clases de composición en la Academia Americana de Fontainebleau y en el College of Music de Osaka, siendo presidente honorario de la Asociación Franco-Japonesa de Música Contemporánea en Tokyo.
Programa de mano dedicado y autografiado por Allain Gaussin del concierto «Retrato IV: la electrónica en los siglos XX y XXI», celebrado el día 21.03.2019. Colección particular de Rafael Valentín-Pastrana.
Fruto de todos estos aprendizajes Gaussin ha confeccionado un inconfundible y fascinante lenguaje propio, de una gran expresividad, como se pudo apreciar cuando en el concierto que nos ocupa el compositor, presente en la sala, asistió emocionado y sorprendido a la entusiasta recepción del público a la interpretación de su obra Eau-Forte, un irresistible y contagioso moto-perpetuo en el que los cinco intérpretes (violín, violoncello, flauta, clarinete y piano) compiten entre sí alternando el ritmo frenético marcado por el compositor en la partitura con la improvisación aleatoria que les permite el director. La trayectoria de Gaussin está plagada de premios y es continuamente solicitado por los más destacados intérpretes y agrupaciones, muchos de los cuales han encargado o han sido destinatarios de la dedicatoria de algunas de sus obras: Daniel Barenboim, los Percusionistas de Estrasburgo, Irvin Arditti, Pierre Boulez, etc.
Tristan Murail (Le Havre, 1947) estudió en el conservatorio de París con Olivier Messiaen en 1967 y fue galardonado en 1971 con el prestigioso Prix de Rome, lo que le llevó a obtener una beca de dos años para estudiar en la Villa Médicis de Roma. Murail es, junto a Gerard Grisey (1946-1998) y Hughes Dufourt (Lyon, 1943, y que fue quien acuñó el término), el máximo representante de lo que se ha dado en conocer como música espectral, escuela surgida como consecuencia del pormenorizado estudio del timbre del sonido en sí mismo (partiendo del impacto que les supuso a estos compositores el descubrimiento de la música del italiano Giacinto Scelsi -1905-1988-). Más que de un sistema musical (como lo son la música tonal o la serial), sus creadores hablan más bien de «una actitud, un ideal de pensamiento, un movimiento y un modo de entender la música» y, como afirma Pérez Albaladejo, sus seguidores «se apoyan en el espectro armónico del sonido para hallar las características del timbre, ya que el espectro es la representación gráfica del sonido». De esta manera, en los espectralistas prima el análisis del núcleo del sonido y la concepción del tiempo musical a base de su dilatación extrema, aunque sin olvidar lo expresivo. Como declararía Murail, “Me parece que mi material no es la nota musical, ni siquiera el sonido musical, sino el sentimiento creado por esta nota y por este sonido”.
De Murail se interpretó la obra La Barque mystique, para conjunto de violín, violoncello, flauta, clarinete y piano, en la que el compositor trata de trasladar al pentagrama las impresiones que sobre la luz y el color el pintor simbolista francés Odilon Redon (1840-1916) plasmó en su serie de cuadros sobre esta temática. Lo que, como afirma Tomás Marco, Murail consigue mediante «un minucioso trabajo instrumental en el que todo funciona como un mecanismo exacto en el que se incluyen microtonalismos, matices rítmicos y timbres cambiantes».
Michaël Levinas (París, 1949) estudió en París composición con Messiaen y piano con la esposa de éste, Yvonne Loriod (1924-2010) así como con el virtuoso Vlado Perlemuter (1904-2002), habiendo desarrollado en paralelo una notable carrera como concertista. En los inicios de su carrera compositiva se adscribió en 1973 a la escuela del espectralismo, fundando junto a sus miembros originarios el conjunto especializado en música contemporánea L’Itinéraire si bien pronto encontró un lenguaje propio, dotado de un innegable don por lo dramático y una innata habilidad para fusionar texto, teatro y escena (incluso en las obras de cámara y orquestales: veáse la importancia de la dramaturgia en las prestaciones que Levinas requiere de los intérpretes instrumentales en Le poème battu), lo que le ha deparado continuos éxitos y frecuentes encargos de todo tipo, destacando La Pasión según San Marcos: una pasión después de Auschwitz, para conmemorar en 2017 el 500 aniversario de la Reforma protestante o sus óperas sobre Gogol (El capote), Genet (Les Nègres), Kafka (La metamorfosis) y Saint-Exupéry (El principito). Como ha declarado el compositor al respecto de sus influencias «Desde mis tiempos del conservatorio en París, mis investigaciones se han desarrollado principalmente en torno al repertorio europeo de finales del siglo XIX y del XX, con especial atención a Mallarme, Verlaine y a los compositores franceses y vieneses del siglo pasado».
Bienvenidos sean a esta serie de posts Allain Gaussin, Tristan Murail y Michaël Levinas, tres excepcionales compositores, que nutren con su fecunda producción y pujante actividad la música contemporánea del último tercio del siglo XX y la alargan hasta bien entrado el siglo XXI.
Rafael Valentín-Pastrana
Bibliografía:
– Tomás Marco: La electrónica en los siglos XX y XXI. Fundación BBVA. Madrid, 2019.
– Rafael Valentín-Pastrana: Messiaen y los colores de la ciudad celeste. www.eltema8.com, 2016.
– Rafael Valentín-Pastrana: Los titanes de la composición musical en el siglo XX (11 y 12): Giacinto Scelsi y Salvatore Sciarrino. www.eltema8.com, 2015.
– Francisco-Javier Pérez Albaladejo: El espectralismo; origen, evolución y definición (rompiendo mitos y ampliando fronteras). perezalbaladejo.files.wordpress.com, 2014.
– Rafael Valentín-Pastrana: Los titanes de la composición musical en el siglo XX (6): Olivier Messiaen. www.eltema8.com, 2014.
Nota: Estos posts, dedicados a Allain Gaussin, Tristan Murail y Michaël Levinas, constituyen los números 32, 33 y 34 de la serie dedicada a Los titanes de la composición del siglo XX y XXI.
Este post está dedicado a Messiana, entusiasta y devota admiradora de la obra de Olivier Messiaen, que me ayudó a entender en profundidad al inmortal compositor de Avignon.