El Tema 8

El tema 8 es como el primer amor: no se olvida nunca.

Más vale tarde que nunca, don Conrado…

Sigue su andadura el Proyecto Conrado que la Fundación Juan March de Madrid lleva acometiendo desde 2021 para promover el catálogo que el compositor madrileño dedicó al género del cuarteto de cuerda. Y otra vez, como en 2022, la formación encargada de darle una nueva dimensión a las obras de Conrado del Campo (1878-1953) fue el Cuarteto Diotima. Y es que, de nuevo, los cuatro miembros de la formación francesa (fundada en 1996 y para la que han escrito cuartetos compositores del prestigio de Pierre Boulez, Helmut Lachenmann, Tristan Murail o Beat Furrer), diseccionaron y exprimieron los recursos y posibilidades de las piezas camerísticas del músico español como pocas agrupaciones, incluidas las españolas, han llevado a cabo.

De izquierda a derecha, los integrantes del Cuarteto Diotima: Yun-Peng Zhao (violín), Léo Marillier (violín), Franck Chevalier (viola) y Alexis Descharmes (violonchelo).

La Fundación March se ha significado desde hace décadas en rehabilitar la figura de Conrado del Campo. En 1986 editó el catálogo-inventario completo de sus obras, en trabajo recopilatorio de Miguel Alonso. En 2015 resucitó Fantochines y en 2020 El pájaro de dos colores, óperas de pequeñas dimensiones programadas dentro de su ciclo Teatro Musical de Cámara. Y en 2021 la entidad de la calle Castelló emprendió este Proyecto Conrado, consistente en la edición integral de las partituras y la interpretación a lo largo de ocho temporadas sucesivas de sus dieciséis cuartetos de cuerda (trece numerados -que serían catorce si uno no estuviera ilocalizable- y tres sin numerar por sus dimensiones más reducidas) y que grabarán con prestigiosas agrupaciones instrumentales.

Conrado del Campo (Madrid, 1878-Madrid, 1953).

Conrado del Campo ha tenido que sufrir condescendientes juicios de valor que le encasillaban como un autor con oficio pero carente de inspiración, un maestro demasiado teórico, académico y aislado como un islote entre las dos principales vertientes musicales españolas del siglo XX, representadas por la más nacionalista Generación de la República y por la más vanguardista Generación del 51. Y, para tratar de entender el ostracismo que la historia de la música le ha deparado a Conrado del Campo, tampoco hay que perder de vista que permaneció durante la guerra civil y la posguerra (que no era el contexto ideal para la dedicación, creación, experimentación y difusión de obras musicales) en la capital de España, con la carga de reproche político que eso conlleva y que ha estigmatizado a creadores españoles de todo tipo. Sin olvidar que, tras la contienda, amplió su actividad a otros campos musicales que le llevaron a desatender la composición: catedrático de armonía y composición, director de orquesta, crítico musical… Todo lo cual pudo ir influyendo en el paulatino arrinconamiento de su inmenso catálogo.

El inventario de Conrado del Campo para cuarteto de cuerdas es un corpus de dieciséis obras compuestas en una franja de cincuenta años, desde 1903 y hasta 1952, que rivaliza en cuanto a cantidad con otros extensos catálogos para la formación camerística de músicos del siglo XX de la relevancia de Dmitri Shostakovich (15), Heitor Villa-Lobos (17), Mieczyslaw Weinberg (17) o Darius Milhaud (18) y que reúne suficiente interés como para ser merecedor de programarse e interpretarse con más frecuencia sobre todo en España, dado lo inusual de que uno de nuestros compositores le haya prestado tanta atención a este género musical. 

Las dos piezas que interpretó el Cuarteto Diotima fueron el Cuarteto nº8 en Mi Mayor y el Cuarteto nº9 en Re mayor. Dos obras de Conrado del Campo que, pese a su inmediatez en el catálogo, están compuestas con veintinueve años de diferencia: desde el Octavo (1913) al Noveno cuarteto (1942) el compositor madrileño arrinconó el género cuartetístico. En sus muy bien documentadas notas al programa, David Ferreiro (quien también se ha hecho cargo de la edición crítica de la segunda de las piezas) da dos posibles motivos: Del Campo cada día encontraba más dificultades para que sus cuartetos fueran interpretados por formaciones de calidad (como el Cuarteto Francés, del que formaba parte como viola y que a partir de 1919 se había transformado en el Quinteto de Madrid) que le dedicaran un mínimo de ensayos a preparar las piezas y, a la vez, el compositor madrileño encontró un nicho de oportunidad en el género lírico: desde 1913 estrena zarzuelas y óperas en el Teatro de La Zarzuela (La prometida, El burlador de Toledo), en el Circo Price (La romería), en el Teatro Calderón (La culpa), en el Teatro Centro (El hombre más guapo del mundo), en el Teatro de La Comedia (Fantochines), en el Teatro de La Latina (La promesa), en el Teatro Real (El final de don Álvaro, La tragedia del beso, El Avapiés)… que en 1925 tiene que cerrar sus puertas por un hundimiento. Conrado del Campo pierde a vez la plaza de violista del Real y a su programador teatral principal: había aparcado el cuarteto de cuerda para centrarse en el teatro musical y de repente se encontró, para su desgracia, en tierra de nadie.

A pesar del abismo temporal que separa las dos obras que interpretó magníficamente el Cuarteto Diotima (a veces la supervivencia de una obra en el repertorio o su condena al olvido depende en gran medida de la calidad de los músicos que las estrenan las primeras veces), no es tan grande la diferencia desde un punto de vista musical. El Cuarteto nº8 es más extenso, cerca de 50′, con esa tendencia de Conrado a acumular demasiados motivos, apuntando buenas ideas que luego son descartadas y, en cambio, repitiendo innecesariamente temas menos logrados que desarrolla en exceso. Destacó el segundo movimiento, un «Allegro muy animado y alegremente en carácter» que bebe claramente de los scherzos de Dvořák (que Del Campo interpretaba a menudo con su viola), pero sin renunciar a una españolidad trascendente (esos stacattos del violonchelo imitando el ritmo del zapateado). Más breve y más concentrado, aunque se aproxima a los 40′, es el Cuarteto nº9 (al que el crítico musical Antonio Iglesias, alumno del compositor, añadió el subtítulo de «Apasionado»), en el que apenas hay esencias españolas pero en el que se aprecia que Conrado del Campo estaba al corriente de la música centroeuropea del momento: en el primer movimiento («Molto moderato y patético») sobrevuela el mundo del canto hablado a la manera de los parlatos recitados y conversados del Richard Strauss de Capriccio (ópera, la última del compositor alemán, estrictamente coetánea del Noveno cuarteto de Conrado: 1942); en el conmovedor tercer tiempo («Elegía») no estamos muy lejos del lamento que Dmitri Shostakovich compuso sólo un año después, en 1943, por la muerte de su amigo Ivan Sollertinsky, mientras que el último movimiento bebe de los irresistibles ritmos de George Enescu (el Galop final de la Rapsodia rumana para orquesta nº1), Francis Poulenc (el Staccato de Villageoises para piano) o Nino Rota (el Allegrissimo del Concerto per archi). El compositor debió quedar muy satisfecho con el retorno al género porque a partir de entonces, en los once años que le quedaban de vida, compondría cinco cuartetos de cuerda más. Y si don Conrado levantara la cabeza y hubiera escuchado la excelencia con que los entusiastas miembros del Cuarteto Diotima interpretaron dos de sus obras, como si no hubieran hecho otra cosa en su vida, seguro que, de la alegría, les componía expresamente un nuevo cuarteto de cuerdas y se lo dedicaba encantado.

Rafael Valentín-Pastrana

@rvpastrana

Bibliografía:

– David Ferreiro: Un aparte… y un nuevo comienzo. Fundación Juan March, 2024.

– Rafael Valentín-Pastrana: Si don Conrado levantara la cabeza… www.eltema8.com, 2022.

– Rafael Valentín-Pastrana: Los 16 cuartetos de cuerda de Conrado del Campowww.eltema8.com, 2021.

– Rafael Valentín-Pastrana: “El pájaro de dos colores” de Conrado del Campo: otra ópera española del siglo XX felizmente recuperada del inexplicable olvido. http://www.eltema8.com, 2020.

– Rafael Valentín-Pastrana. La cena está lista, señora condesa. http://www.eltema8.com, 2019.

– Rafael Valentín-Pastrana: La recuperación de una ópera española olvidada: “Fantochines” de Conrado del Campo. www.eltema8.com, 2015.

– Miguel Alonso: Catálogo de obras de Conrado del Campo. © Fundación Juan March. Madrid, 1986.

Nota: Las imágenes incluidas en este post del ensayo/concierto a cargo del Cuarteto Diotima de los cuartetos de cuerda de Conrado del Campo son © Fundación Juan March / María Alperi. Madrid, 2024.

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