El 20 de noviembre de 2012, publiqué un post, Los Diez Mandamientos de Simeone, muy bien recibido por la parroquia colchonera (incluso clonado sin consideración y sin mencionar días después por algún periodista; las cosas de pedir retuits a aspirantes a tuitstars…), en el que repasaba las frases más emblemáticas que, a modo de catecismo, Cholo Simeone había pronunciado en apenas un año entrenando al Atlético de Madrid, y que calaron profundamente en el sentir de la plantilla y afición de este equipo.
Apenas 6 meses después, y con la temporada 2012-13 finalizada con todos sus logros (2 títulos -Supercopa de Europa y Copa del Rey- y clasificación directa a la Champions League como terceros, equipo menos goleado de la Liga y Trofeo Zamora para su guardameta Courtois, mejor racha de victorias en su estadio, mejor racha de victorias en Europa, una liga entera sin sufrir la señalización de un penalty en contra, etc.), han seguido brotando otras perlas dialécticas de Simeone, de tal manera que podemos proceder a glosar una nueva entrega de mandamientos del Cholismo:
«Ojalá el Atlético de Madrid sea un lugar donde establecerse, no un trampolín».
A modo de consejo para aquellos jugadores que, triunfando en el Atleti, se dejan vencer por cantos de sirena procedentes de medios de comunicación que insinúan constante e interesadamente sobre el interés de ciertos clubs en ficharles o sobre la conveniencia de que es normal que abandonen el club del Manzanares por otro que les permita obtener títulos (?) y crecer como jugadores, el Simeone implanta la filosofía de que el Atlético de Madrid debe ser un objetivo, un punto final para todo jugador. Una variante cholista al repugnante, desconsiderado y manido «Fulanito ha nacido para jugar en el Real Madrid«. Al fin de temporada sólo se ha producido el esperado y por ello menos doloroso, adiós de Falcao. El resto del bloque se mantiene, incluso con jugadores que parecía que iban a sucumbir a los magnificados cantos de sirena.
«¿Pupas? No sé lo que es Pupas. Nunca lo escuché. Estuve aquí cinco años: tres de jugador, después volví uno: cuatro y uno como entrenador. Ganamos Copa del Rey, Campeonato, Supercopa de Europa y Europa League. ¿Pupas? No sé lo qué es».
Simeone se revuelve aquí contra el maldito estigma, injustamente convertido en lugar común y avecrem para todas la situaciones. Los datos corroboran sus palabras. En el momento de decir la frase, el club atesoraba 25 títulos nacionales e internacionales. Luego, con el título de Copa despojado al Real Madrid (el trofeo número 26 que reposa en las vitrinas rojiblancas) vendría el espaldarazo definitivo a esta tesis con un nuevo entorchado: el que hay que valorar más por todo lo que supuso. Tras el 17 de mayo de 2013, los vecinos blancos se abstendrán por un tiempo de burlarse y menospreciar al Atlético de Madrid. En este sentido, la agencia de publicidad Sra. Rushmore realizó a toda velocidad una breve pieza, Por fin es lunes, que ajustaba cuentas con la arrogancia y complejo de superioridad con los que los madridistas desde ya la tierna infancia, tienen la mala e inveterada costumbre de tratar a los atléticos.
“Contra Madrid y Barça sólo jugamos cuatro partidos, hay que ganar el resto”.
El Cholo relativiza uno de los puntos débiles de su Atleti: el no sumar puntos en las últimas ediciones de la Liga, ya no sólo contra el Real Madrid, sino contra el Barcelona (al que en recientes etapas bajo la dirección de Rijkard y Guardiola el Atlético supo derrotar en varias ocasiones y con brillantez) o incluso con equipos de la tercera vía como el Valencia o Sevilla. Esta temporada, si bien contra los dos grandes la mala racha continuó, sí se logró vencer el goal-average a equipos que peleaban por entrar en Europa como Real Sociedad, Málaga o Sevilla. No así contra el Valencia. Pero cumpliéndose con la regla de que las ligas y las buenas clasificaciones se obtienen venciendo al resto de los rivales, el Atleti de Simeone se dedicó a la tarea de «ganar el resto«, cosechando contra los equipos del quinto para abajo números espectaculares que a la postre le sirvieron para certificar la mejor puntuación histórica de un tercer clasificado en la Liga: 76 puntos. En 30 partidos contra estos 15 equipos, el bagaje es demoledor: 21 victorias (70%), 7 empates (23%) y 2 derrotas (7%).
«Desde la humildad, no les tenemos miedo a nadie. El corazón iguala al presupuesto».
Mensaje al engreído contrario lanzado en vísperas de la gran final de Copa del Rey. Otro granito de arena en la terapia del Cholo destinada a meterle presión al rival y despojársela a su equipo para así acabar con la nefasta racha del Atlético de Madrid sin lograr vencer al Real Madrid, cronometrada cruel y machaconamente por la prensa adicta a lo blanco. Frente a la arrogancia, prepotencia y suficiencia, Simeone apela a la modestia, humildad y sacrificio como modo de vencer al poderoso y presuntuoso vecino.
“Contra el Chelsea no nos daban como favoritos y les metimos cuatro”.
También en los prolegómenos de la final de Copa del Rey, la corriente de opinión y de las casas de apuestas, casi de un modo unánime, venían a ningunear al Atlético de Madrid, considerándole la víctima propiciatoria de un Real Madrid (básicamente por los antecedentes inmediatos, que jugaban claramente a su favor) que, no obstante, estaba en pleno proceso de descomposición por luchas intestinas y fracaso del modelo de crispación elegido por su presidente por encima de todo como único modo de acabar con la supremacía del Barcelona. Cosa que, al parecer, no vieron hasta que fue demasiado tarde. Ir de víctimas, sí. Pero refrescando la memoria a la gente de que en vísperas de la final de la Supercopa de Europa contra el Chelsea, tampoco nadie daba un duro por el Atleti (bueno, tampoco contra el Inter de Milán post-Mourinho en la Supercopa de 2010 ni en la final de la Europa League de Bucarest contra el Athletic de Bilbao…). Recuerde… la memoria.
«Impresionante. Hay que ganar para volver».
Frase proferida por Simeone, en plenas celebraciones por el título obtenido de Copa del Rey, en la pasarela habilitada en la emblemática Plaza de Neptuno, al día siguiente de conquistarla en territorio enemigo y frente al rival más deseado, ante la estampa de la capital de España abarrotada de camisetas y emblemas rojiblancos; dedicada a toda la afición que acompañó al equipo con fervor desde la catedral de la Almudena a la sede del Ayuntamiento, pasando por la sede de la Comunidad de Madrid en la Puerta del Sol. Mensajes (al igual que las propias menciones del Cholo tras ganar la Europa League a que los chavales se pondrían felices la camiseta rojiblanca para ir al día siguiente al colegio) que logran espolear y fomentar el sentimiento y orgullo de ser colchonero, y que el argentino maneja como nadie y la afición le agradece como a su dios.
«No es lo mismo 72 puntos que llegar a 75; queremos ganar en casa».
Y con 76 puntos concluyó finalmente el equipo, en lo que supuso la mejor puntuación de un tercer clasificado en la historia de la Liga española. Ese último esfuerzo de concentración y de actitud adicional que el Cholo pidió a sus jugadores recién conquistada la Copa del Rey, se plasmó en 4 puntos más en los dos últimos partidos que restaban para concluir la competición liguera y en los que el Atleti, a pesar de estar en una nube, nunca se relajó. 76 puntos que le hubieran hecho alcanzar al club el título de Liga en 4 de las últimas temporadas desde 1996, cuando la liga es de 3 puntos por victoria y la disputan 20 equipos. Y si se siguieran computando las victorias con 2 puntos, el Atlético de Madrid hubiera alcanzado la cifra final de 53 puntos. Basta con revisar las puntuaciones históricas de las temporadas de los 60, 70 y 80, aunque fueran con menos equipos, para fantasear la cantidad de títulos que ahora descansarían en las vitrinas del Vicente Calderón de haber obtenido en esas temporadas pasadas esos guarismos.
«En los tres últimos córners de los 90 minutos sentí que el Madrid tenía miedo».
Efectivamente, Simeone destacó algo que todos advertimos con asombro: la importancia de esos minutos finales del descuento del tiempo reglamentario de la Final de Copa del Rey, en los que el Atlético de Madrid embotelló y agobió a su rival durante unos interminables minutos en los que el tiempo pareció suspenderse y que hicieron empezar a albergar en el aficionado colchonero la posibilidad, porqué no ya de una vez, de derrotar al eterno rival. Se había llegado indemne hasta ese momento, y un gol de córner (como indirectamente luego sucedió en la prórroga) que decantara la final en favor del Atleti estaba al alcance del pie o de la cabeza de cualquier jugador colchonero.
«La temporada pasada jugábamos mejor, pero en ésta supimos a qué jugar».
Quintaesencia del Cholismo. Lo bonito, efectista y pasajero, a lo que tampoco renuncia, deja paso en la filosofía de Simeone a la eficacia, la concentración, la actitud. Esta temporada ha sido muy habitual escuchar declaraciones de los rivales en las que se apreciaba, por fin, respeto e incluso temor al Atlético de Madrid. Valgan dos muestras en este sentido: una de un colega, Unai Emery (entrenador del Sevilla)«La labor del Cholo es grandiosa». La otra de un adversario, Javi Fuego (jugador del Rayo Vallecano)«El Atlético es un equipo grande que juega como uno pequeño». Lo bueno no es ya que sabemos a lo que jugamos, sino que los rivales no encuentran la manera de cómo jugarnos. Esa es la grandeza de Simeone.
«La Final de Copa fue el momento seguramente más importante de los últimos años del club».
La última enseñanza de Simeone revisa el pasado pero apunta al futuro. Los hitos europeos de los últimos años, aún siendo providenciales y muy importantes, quizá hayan sido más valorados de nuestra frontera para fuera, donde el fútbol español (y no sólo al Barcelona y al Real Madrid) es seguido y analizado con devoción. Y el milagro de los 4 últimos títulos europeos del Atleti así lo ha sido. Pero el triunfo en la Copa del Rey y, sobre todo, el magnífico tercer puesto logrado en la Liga 2012-13 ha conseguido el respeto también a nivel nacional, lo que obliga en el plano institucional a aprovechar la dinámica de triunfos y éxitos deportivos para luchar a todos los niveles y consolidarse definitivamente en las privilegiadas posiciones que el club ha ostentado desde las primeras jornadas de Liga. Y a repetir no de manera esporádica sino de modo ya habitual el estar luchando en todas las competiciones y asegurarse, como mínimo, disputar la anhelada Champions League para así garantizar unos ingresos económicos que permitan al equipo asentarse en la élite del fútbol y ya nunca abandonarla.
Rafael Valentín-Pastrana
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Gracias, Carlos!!
Muy sentido y emotivo el post de tu blog. Lo he tuiteado!
El Cholismo da para mucho: ya estoy preparando la 3ª entrega de los Mandamientos, no te digo más…jajaja.
En mi blog también he iniciado otra serie sobre Simeone, esta vez dedicado a lo que opinan los rivales sobre Cholo y su Atleti. Por si se te ha pasado, ahí va el enlace:
https://eltema8.wordpress.com/2014/03/25/simeone-visto-por-sus-rivales/?preview=true&preview_id=710&preview_nonce=51967f74e5
Encantado, y un fuerte abrazo atlético!
Rafa